sábado, 25 de marzo de 2023

ASIGNATURA PENDIENTE


Dos noticias recogidas por la prensa en estas últimas semanas deberían hacernos reflexionar seriamente.

La primera, en Badalona, “Una niña de 11 años -ahora ya tiene 12- fue abordada el 19 de noviembre en la primera planta del centro comercial Màgic de Badalona (Barcelonès Nord) por seis jóvenes que la amenazaron con un cuchillo para obligarla a acompañarlos a los lavabos. Allí la violaron y amenazaron de muerte si chillaba. Los Mossos abrieron inmediatamente una investigación y localizaron a cinco de los seis agresores, todos ellos menores de edad.”

La segunda tiene relación directa con ésta al, presumiblemente, ser una consecuencia: “Sin duda, ha habido un antes y un después de La Manada de Pamplona, que se ha convertido en un referente en este tipo de agresiones

Desde 2016 hasta 2021, las violaciones en grupo han aumentado un 54,4%, pasando de 371 casos a 573

El acumulado desde 2016 a 2021 da un total de 2.691 delitos sexuales múltiples, según datos reportados por el Ministerio del Interior”

¿Qué está sucediendo?

Muchos expertos debaten que el modelo de educación sexual de nuestros adolescentes y jóvenes se basa en la pornografía. Ya hace mucho que la pornografía luchó por abrirse paso en dictar modelos. Las revistas pornográficas prohibidas circulaban ocultas de mano en mano y se escondían en los lugares más recónditos e insospechados de los hogares decentes.

Sin embargo, el puritanismo hacía de las suyas en nuestro día a día.  En la escuela había verdaderos conflictos con algunas familias por el simple hecho de mostrar en clase de Ciencias el funcionamiento de los órganos sexuales masculinos y femeninos. Parecía que hablar de sexo propiciaba el sexo precoz en niños y adolescentes. Era una “incitación” al desenfreno.

Los padres evitaban esas preguntas molestas que los niños y niñas pudieran hacerles con respecto a este tema “eso es cosa de mayores”. Así que, como es natural, la educación sexual corría a cargo de “expertos” compañeros de colegio, instituto o vecindario y como material de apoyo alguna que otra revista porno de Alemania que había venido a parar ahí no se sabe cómo. Y no hablemos de cuando un adulto con oscuras intenciones intentaba tomar esa tarea.

Pero claro, ahora todo está multiplicado por cien. Según recientes estudios, los niños a los 8 años ya empiezan a tener contacto con la pornografía a través de sus móviles Smart que casi nunca son controlados por las familias. Además, es pornografía muy dura, donde la mujer es considerada objeto de placer aun a costa de una cierta violencia masculina y además los vídeos y directos son asombrosamente “reales” y a todo color y detalle.

Si seguimos escandalizándonos por las campañas de educación sexual de los colegios u organizaciones públicas y no por este auge de educación pornosexual, deberíamos cuestionarnos nuestro buen criterio.

Lo que ya es un hecho en otros países de nuestro entorno, todavía en España tiene la categoría de “asignatura pendiente” y creo que es hora de abordar el asunto con celeridad y buen sentido.

Es hora de reglar la educación sexual en el sistema educativo de nuestro país. 

Nuestros niños deben convertirse en personas suficientemente informadas y formadas en este tema con arreglo a las características propias de la edad y desarrollo madurativo. Los maestros y profesores deben ser formados adecuadamente para impartir estas metodologías y apoyados por la sociedad en esta importante tarea que se les delega. Yo pienso que las campañas de información sexual implementadas por algunos organismos públicos no son suficientemente eficaces por varios motivos: Son campañas temporales y territoriales y que por tanto afectan únicamente a un grupo determinado de niños o adolescentes, sin una continuidad asegurada;  están muy vinculadas a opciones políticas, que con ser legítimas pueden deparar recelos importantes y, por último carecen de la planificación general que es requisito imprescindible en todo plan educativo, evaluación y revisión incluidas. Debe ser un consenso entre todos los sectores políticos y sociales, diseñada por expertos educativos y a su vez, asesoradas por expertos en sexualidad. Debe formar parte de los currículos educativos de todos los centros de Primaria y Secundaria y por tanto debería ser el Gobierno el que buscara el necesario consenso para llegar a acuerdo parlamentario.

Por otro lado, el debate sobre la prohibición de la pornografía, como de la prostitución puede no llegar a ser fructífero porque en una sociedad libre las prohibiciones deben ser muy medidas y puntuales y sabemos que en gran medida no funcionan.

Cuando la pornografía deje de ser un referente en la educación sexual quedará únicamente como instrumento propio de la libertad de opción que como adultos tenemos reconocida. La Educación sexual en el sistema educativo debe sustituirla cuanto antes.



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Fotografías obtenidas por la AMPA El Salero

lunes, 3 de octubre de 2022

EN EL MURO


Hace poco, en un reportaje de televisión, una de las personas que intervenía a propósito del daño que el acoso o difamación puede causar afirmaba que muchos ahora en aras de la libertad de poder expresarse libremente, “dicen lo que piensan, sin pensar lo que dicen…”. Este juego de palabras me hizo reflexionar sobre las implicaciones que esto conlleva.

En realidad, no es nada nuevo. Ya en tiempos de nuestros bisabuelos y abuelos se practicaba las coplillas que ponían en evidencia vicios y rencillas de los vecinos, después vinieron las octavillas y pintadas en muros y, en todo caso siempre funcionó el boca a boca con las maledicencias susurradas vertidas en oídos ansiosos de conocer. Pero con las redes sociales la envergadura se ha multiplicado en cantidad y rapidez de circulación.

Cuando sentí la conveniencia de unirme a las redes sociales, inmediatamente comprendí que estaban hechas exclusivamente para practicar el alago y no la crítica. La razón principal era que, en primer lugar, las redes estaban configuradas supuestamente por “amigos para amigos”, y en segundo lugar en que todo comentario, imagen, vídeo que se subía o compartía lo era con la similitud de las pintadas que todos hemos conocido sobre muros de las calles y sobre puertas de aseos públicos para conocimiento y escarnio general. Cuando apuntaban a fulanita o menganito convertían a estos en unos desgraciados señalados entre la comunidad. A veces, y según la vulnerabilidad podían desembocar en tragedia.

Porque la difamación siempre hace daño, independientemente del medio que se emplee. Sólo basta con leer una reciente noticia de las muchas que ha habido. En el periódico El Mundo este mismo mes: El intento de suicidio de Saray. 

Pero, claro, la crítica cuando es en un entorno conveniente puede ser muy positiva. Siempre que persiga sugerir razonable y razonadamente posibles mejoras y posible rectificación de errores.

¿Y qué decir de la crítica destructiva? Ésta evidentemente sólo destruye y no ayuda a crecer a una sociedad sino a todo lo contrario. Estoy seguro que todos estamos de acuerdo en que la crítica debe ser siempre constructiva.

Sin embargo, la crítica hacia la gente difícilmente será constructiva en las redes. ¿A quién puede gustar ver una pintada en un muro frente a tu casa donde te aconseje que esa ropa no te favorece nada o que te sugiere cambiar de peinado, o que no aparques el coche tan separado de la acera o…? Las redes sociales llaman “muro” al panel exclusivo para tus publicaciones, y al ser público o abarcar al resto de tus “amigos”, muchos de los cuales ni siquiera lo son, vienen a ser como el muro frente a tu casa donde te ha dado por criticar “constructivamente”. No funciona. Sólo funciona con asuntos públicos, y aquí sí que entra la necesidad de emplear lo dicho al principio: decir lo que se piensa que debería rectificarse pensando bien lo que se dice. No todos los temas tienen la suficiente entidad para ser tratados. Debemos estar atentos al fondo de lo que se debate o comenta para asegurarnos que es pertinente hacerlo. Pero tanto como al fondo, si no más, habrá que cuidar la forma de hacerlo.

No será lo mismo decir que “aquello fue catastrófico” a que “aquello quizá pudiera ser más eficaz aplicando estas sugerencias”. Suponiendo que existen suficientes razones para efectuar esa crítica, la primera forma se aproxima a ser crítica negativa y la segunda constructiva. Aún sugiriendo las mismas soluciones y con el mismo fondo.

Volviendo a mi idea del uso de nuestros muros en redes. Si sentimos el impulso de expresarnos en ellas, es mucho más eficaz usarlos para decir lo felices que somos comiendo donde comimos, estando con esa buena compañía, viajando con esos amigos o familia, celebrando ese cumpleaños. Felicitando, diciendo lo guapos que vemos a nuestros amigos, alegrándonos de los éxitos que nos contaron, que expresando lo mal que vemos a este amigo, que yo no haría ese viaje tan cutre, etc.

Cuando a veces veo esas pintadas que expresan un amor adolescente, sin abandonar mi oposición a la pintada en sí (estoy en contra de ensuciar paredes públicas o privadas), me provocan una sonrisa y me hacen evocar tiempos mejores para mí. Cuando veo un insulto contra algún otro adolescente, comprendo el dolor y angustia que seguramente está provocando en esa persona y su entorno.

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Imagen publicada en el periódico La Vanguardia

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viernes, 5 de agosto de 2022

UNA BUENA NOTICIA



 Anteayer recibí una buena noticia. No me atrevo a decir la mejor porque nunca hay que cerrar puertas, pero sin duda una de las mejores y, en todo caso, la mejor del día. Enseguida supe que tenía un excelente motivo para salir de casa a pesar de los días abrasadores que estamos soportando. Al fin y al cabo no era una hora muy intempestiva y ya no costaba tanto andar por las calles de Minglanilla, escalando la suave cuesta arriba de la calle Madrid hacia la antigua casa del Administrador de la Mina de Sal y hasta hoy Museo municipal. La casa del Administrador es un caserón señorial frente a la Iglesia Parroquial y que da idea de la importancia que tuvo en su momento la extracción y posterior comercialización de la sal cuyos orígenes datan de la época Ibera y que fue la más importante de la Península. Fue construida en el año 1672. Tras muchos años de servir como vivienda a empleados de la compañía eléctrica y posterior estado de abandono y deterioro, el Ayuntamiento en 2009 emprendió  su restauración con el interés de convertirla en Museo. Una excelente iniciativa que nos proporcionó la oportunidad de conservar uno de los edificios más interesantes de nuestro patrimonio.


Ahora, una vez más el gobierno municipal tuvo que intervenir en el edificio tras el deterioro que había empezado a padecer y esta vez también su aprovechamiento ha sido modélico, porque en él se ubica desde ayer la nueva Biblioteca municipal.

Una biblioteca con importantes actividades, dinámica, activa que ahora pasa a ser más práctica, con amplias salas para lectura, estudio, reuniones, talleres y medios tecnológicos en un entorno agradable, confortable.



Sin duda estamos de enhorabuena. No sólo la casa de los libros, sino la de las relaciones sociales, la del conocer, la del informarse. Una buena noticia, en suma.

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martes, 26 de abril de 2022

LA PARTICIPACIÓN EN LA GESTIÓN, LA CLAVE

 


Cuando en marzo de 2020, en pleno fragor de la lucha sin tregua contra la covid escribía en este blog un artículo que titulé: CORONAVIRUSY CIVISMO  “…Este virus nos va a hacer que todos nos replanteemos nuestra vida. Lo verdaderamente importante va a aflorar en los adultos y en los jóvenes. Ya lo está haciendo. Nos quedamos en casa por nosotros y por los demás, ciudadanos asiáticos nos regalan mascarillas y equipos de reanimación, la gente se ofrece a ayudar. Ya lejos de los que acapararon material quizá para obtener beneficio.  El civismo se va a incrementar. Ninguno de nosotros ya va a consentir ni admitir los actos incívicos e insolidarios. Esta crisis nos va a hacer mejores…”

Me queda el consuelo de no ser el único que planteó esta tesis del avance solidario. Muchos ya han reconocido su error.

Evidentemente yo tampoco acerté. A nivel nacional había gente lucrándose vergonzosamente con las importaciones de mascarillas que tanto necesitábamos como estamos viendo en las noticias estos días, y a nivel local tampoco esta crisis nos dejó mejores hechos. Como mucho, mejores propósitos.

Y es que lo que escribía venía motivado por un comunicado de nuestro Ayuntamiento en el que se daba cuenta de los actos vandálicos que por aquellas fechas se habían cometido contra bienes públicos. Claro, yo pensaba que debían ser fruto de adolescentes que no digerían el sentido del bien público – algo que es de todos y de ellos también- o que protestaban por algo que alimentaba su natural rebeldía aunque no se supiera bien qué. En todo caso fruto quizá de una vida bastante protegida y con las necesidades básicas cubiertas.

Así que, iluso de mí creí en el milagro del desastre colectivo que supuso la pandemia y pensé que haría replantearnos la escala de valores y primar el de la solidaridad, que tiene mucho que ver con evitar esos atentados sin sentido a los bienes públicos de los que por otro lado, nos gusta mencionar ante los forasteros y presumir de nuestro pueblo.

Nada más lejos de la realidad. Hace muy poco unos lavabos públicos han sido destrozados, y antes, unos contenedores de residuos. La historia se repite, desgraciadamente.

Vaya por delante que la adolescencia y juventud que puede ser sinónimo de rebeldía no lo es en absoluto de irresponsabilidad. Por eso es muy conveniente la identificación y asunción de responsabilidades para los autores. Pero también merece la pena plantearnos soluciones dentro de nuestra comunidad que no aludan exclusivamente a la sanción o reprobación.

De todos es sabido que los proyectos que se abordan y gestionan por nosotros mismos son considerados como algo propio a proteger y ¿por qué no pensar que los proyectos que interesan a nuestros adolescentes y jóvenes podrían ser gestionados también por ellos mismos? Merece la pena dar un voto de confianza a los que en un futuro cercano nos van a reemplazar en nuestras tareas de adultos y que ya pueden empezar a experimentar lo que realmente supone ser el responsable del bien a cuidar, a mantener. Seguramente el joven que colabora en el negocio familiar de forma activa se sentirá más responsable que el que lo tenga que hacer como una mera obligación. Esto conlleva opinar, planificar, dirigir, tomar decisiones, comprobar los resultados, rectificar cuando es necesario, administrar los recursos que se ponen en sus manos. Si al interés del tema a proyectar se añade el interés de la gestión es posible que avancemos en la responsabilidad.

No me resigno a equivocarme una y otra vez, si bien admito la posibilidad de seguir haciéndolo.  

Imagen “practicamos el juego limpio” 2012

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miércoles, 19 de mayo de 2021

¿NUESTRO PRESTIGIO EN LA CUNETA?

 


Esta publicación de nuestro Ayuntamiento en su página de Facebook recientemente me ha parecido interesante y oportuna:

"Manten limpio el municipio" es el lema de nuestra última actuación en el municipio.

Con la llegada del buen tiempo y la estabilización de la pandemia en nuestro municipio, el Ayuntamiento está llevando a cabo la colocación de papeleras en las zonas de más tránsito de niños. Esta semana, la actuación se ha centrado en el paseo General Brizuela y el parque municipal.

Es la primera de las numerosas actuaciones que se llevarán a cabo en todos los espacios públicos de nuestra localidad.

Y es que siempre había visto con envidia cuando he viajado por algunos países, de Europa sobre todo, la limpieza que presentaban las calles de la mayoría de sus localidades, ya fueran grandes ciudades o minúsculos pueblos y claro que no debía ser por la actuación de los servicios municipales solamente, sino porque los ciudadanos en estos países son conscientes de que la colaboración ciudadana es esencial para mantener su comunidad en condiciones de estética y salubridad y a nadie, tenga la edad que sea, se le ocurre tirar nada al suelo, tanto sea en el entorno urbano como en el campo. Se trata, creo yo de concienciación, de no tener que pensarlo, de que guardarse el papel o la bolsa en el bolsillo para arrojarlos en la primera papelera o contenedor que encuentre sea un acto reflejo. Esto es fruto de muchos años de práctica, de ser la consecuencia lógica de algo que vimos a nuestros padres y vecinos y que verán nuestros hijos y nietos. Se trata de llegar el momento en que no sean necesarias las campañas municipales.

Desde la época en que en nuestros pueblos se tiraba la basura en el campo aprovechando que se iba a laborar con el carro hasta que empezó a funcionar el servicio municipal de limpieza (en Minglanilla con la recogida en carro por Valentín “el Balsas”)  pasó mucho tiempo. En aquella época, sin embargo no había tantos envases de plástico y el vidrio se reciclaba cambiándolo por otro producto o vendiendo el envase. Lo que se arrojaba al campo, en gran medida se degradaba, aunque no todo. Ahora todo lo que arrojamos al campo, a la calle, a la cuneta de la carretera permanece allí a no ser que algún servicio público se encargue de limpiarlo. Además es completamente innecesario porque gozamos de un muy buen servicio de recogida de basuras y no existe excusa alguna que nos salve de la vergüenza propia o ajena.

Claro que hemos cambiado mucho, que poco a poco hemos ido modificando esos malos hábitos pero para ser sinceros aún tenemos recorrido para mejorar.


Todavía tenemos bolsas de basura danzando al viento en calles y caminos, todavía tenemos enseres arrojados al campo o al solar urbano, todavía hay camiones que sueltan a las cunetas las botellas con el líquido amarillo.

La afición al ciclismo que va en aumento en nuestros pueblos quizá sea uno de los revulsivos para preocuparnos más del medio. Sobre dos ruedas disfrutamos del paisaje, nos sentimos integrados en la naturaleza, y por supuesto nos salta a la vista los residuos que nos hacen sentir culpables aunque no hayamos sido precisamente nosotros los que hayamos degradado nuestro medio y nuestro prestigio.

Claro que es necesaria la intervención de las administraciones para dotar de suficientes medios nuestros pueblos y ciudades, para arreglar los caminos y carreteras; pero ¿quién duda que esto no sirva de mucho sin la implicación directa y comprometida de cada uno de nosotros, de nuestros hijos y allegados, de todos y cada uno de los ciudadanos?

Es hora de presumir de pueblo ante nuestros visitantes y amigos y en las redes sociales, pero es hora de hacerlo con razón. Es hora de sentirnos parte de un proyecto común que es necesario cuidar, nuestro pueblo, nuestro entorno. Es hora de practicar la responsabilidad colectiva necesaria, como ya nos ha demostrado la pandemia como imprescindible para recuperar salud y economía.

Quizá pueda parecernos que las campañas de concienciación no sirven de mucho pero ahí tenemos los cambios en la gente dispuesta a vacunarse que pasó de un 40% a un 72% y ahora se cifra en un estupendo 94% merced a las campañas favorables a la vacunación por parte de administraciones y organizaciones científicas.

Nuestro Ayuntamiento ha lanzado la campaña en un momento oportuno y está poniendo medios a nuestro alcance. No dejemos nuestro prestigio tirado en la cuneta.

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domingo, 7 de marzo de 2021

MUJER

 


He pensado algo el título de este artículo – homenaje a la mujer. “Mujeres” “La mujer” “Ellas”… y finalmente me he inclinado por el más auténtico y contundente, sin ningún artículo, preposición, adverbio, adjetivo que lo contamine. “Mujer” sin más.

Cuando se habla de la mujer se puede caer en el vicio de la blandenguería o exageración. Los muros de las redes sociales están repletos de ellos. Sentencias de portales al efecto que buscan múltiples compartires o megustaren para obtener beneficios publicitarios y que sin embargo mueven y conmueven los sentimientos de hombres, pero sobre todo de mujeres.

Y no es necesario recurrir a estos tópicos rosas para expresar a la mujer el homenaje que como género humano se merece. Solamente la relegación social y familiar que desde el principio de los tiempos ha tenido y tiene que soportar en beneficio del otro género ya lo justifica. Si a esto añadimos la resistencia social a reconocerlo, aumenta por mucho el escribir humildemente en favor de ellas. Si pensamos en las muchas que se han quedado en el camino de una lentísima igualdad, que no acaba de llegar lo justifica plenamente. Al menos para mí. El ácido sobre los rostros son sobre rostros femeninos, la violación lo es a cuerpos femeninos, la culpa es de esos mismos cuerpos y rostros femeninos. Los masculinos dicen “Sé sumisa”. “No me gusta que en los toros te pongas la minifalda” y otras lindas recomendaciones.

No es necesario tampoco el remitirnos a hechos históricos de agravios constantes y sufrimientos, sino que los palpamos con las yemas de nuestros dedos cada día cuando hojeamos el periódico diario o pulsamos el mando a distancia del televisor o radio para ver y escuchar las novedades, que casi siempre nos trae un 016 sobreimpreso mientras nos relatan los hechos escalofriantes protagonizados por varones enamorados contra sus ciegamente enamoradas parejas. Casi siempre tenemos que oír aquello de que “no existían denuncias previas”. Bien es verdad que un porcentaje de esos varones se ha quitado después la vida, nunca o casi nunca antes. A veces, muchas, esos escalofriantes hechos varoniles han acompañado a agresiones o muertes de sus hijos comunes sabedores de que la mujer es carne del hijo como el hijo es carne de la mujer y que haciéndolo se lo hace a ella multiplicado. Eso, digo pasa ahora mismo, en el momento que estoy contándolo como pasaba en el XIX. Con la diferencia de la actual “insumisión” de la mujer que ha aumentado el derramamiento de sangre inocente y valiente. “Se sumisa” aconsejan algunos sin darse cuenta que la sumisión de siglos no ha cambiado nada. “Invierte el orden” habría que decir al varón herido de orgullo que se inmola tras haber matado a su mujer e hijos. Esto arreglaría algo más, si bien no todo, evidentemente.

Se detiene, juzga y encarcela a las FEME que lucen pechos en las protestas ciudadanas por exhibicionismo y se hace lo mismo con el varón que se exhibe ante otras mujeres o niños para satisfacer su sexualidad sin importarle a quién denigren con ello. Y los jueces equiparan los dos delitos, como si fuera lo mismo.

La mujer sigue sin defenderse suficientemente. Sigue confiando en los demás. No admite que digas que el hombre es un machista impenitente porque te dirá que no todos. “Quiero decir públicamente lo maravilloso y amante esposo que eres y que haces que mi vida sea una felicidad completa” dicen algunas publicaciones en las redes sociales. Mientras, hace la compra y la comida y todo lo demás. El maestro hablará mil veces con la madre de la evolución de sus hijos mientras que no conseguirá conocer personalmente al padre en todo el periodo de escolarización de éstos.

Y además, ella será positiva, llevará el consuelo a la familia cuando lo necesite y callará sus propios desconsuelos mientras pueda.

“Me avergüenzo de pertenecer al género masculino” pienso cuando veo sobreimpreso un 016. “No, no. No lo hagas. Eres necesario, importante. No todos son como aquellos maltratadores y asesinos. Son los menos”. Me dirá alguna, sin por ello disminuir mi sensación de culpabilidad… de género que no de persona, aunque algo también por la sensación de no hacer todo lo que se podría.

Es cuestión cultural. Me volvería a echar un cable para mi descargo alguna

La primera publicación de este artículo en el blog Cajón de Sastre fue el 20 Noviembre 2013

viernes, 5 de marzo de 2021

EL DÍA DE LA MARMOTA


 El último artículo en este mismo blog sobre la Covid-19 terminaba, haciéndome eco de las palabras de Raúl Ortiz de Lejarazu Leonardo, Consejero Científico del Centro Nacional de Gripe de Valladolid con la petición de que en el futuro no invitásemos a nuestra mesa a la Covid-19 nuevamente. Me refería a la gran repercusión que en nuestro pueblo había tenido la tercera ola.

Volvemos ahora a oír sentencias que nos recuerda a la pre-Navidad: “Salvemos la Navidad” se decía entonces “Salvar la S. Santa” se oye ahora. ¿Estamos metidos en un día de la marmota?. Me refiero a la película que en 1993 nos hizo reír con la vuelta una y otra vez en el tiempo aunque si Phil, la marmota  fuese capaz de predecir lo oportuno de estos deseos en vez del tiempo que hará en primavera nos sería muy útil, aunque pienso que realmente no será necesario. Creo que ya aprendimos algo y es que las medidas que adoptamos en nuestras casas y reuniones en Navidad  no fueron suficientes para evitar el batacazo. En nuestras calles se escucha ahora decir que el descenso en casos de contagio que en este momento se reduce a ninguno por tres semanas consecutivas es debido a la conciencia que la ciudadanía ha tomado de aquella situación tan difícil vivida hace muy poco por tantos vecinos.

Según nuestra propia experiencia e independientemente de lo que nuestras autoridades se decidan a hacer con la S.Santa, cabe decir de nuevo que es a nosotros, solo a nosotros, a cada uno de nosotros a los que nos corresponde evitar una cuarta ola. No sabemos si las comunidades autónomas se pondrán de acuerdo o si cada una de ellas irá por libre, pero nosotros deberíamos tenerlo claro: dejar la S. Santa para el año próximo. Claro que las procesiones se van a suspender en todos los lugares, pero la fiesta de Pascua sigue y es un periodo de descanso, de desplazamiento, de reunión, de reencuentro. Aquí es donde tenemos el reto.

Los políticos quieren que estemos contentos, que salvemos la Semana Santa y como la salud es fundamental hacen difícil equilibrio de funambulismo.

Los científicos lo tienen claro. "Es imposible en dos meses llegar a los niveles de nueva normalidad" y permitir los vuelos nacionales. "¿Es que no hemos aprendido nada de las Navidades?", es la cuestión que lanzaba no hace mucho el presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes), Tato Vázquez Lima, que confesaba estar muy harto del "ninguneo" a su servicio, que se sirve de voluntarios, y de la estrategia para plantar cara al virus, sobre todo de "las bromas de mal gusto".

Margarita Del Val, prestigiosa epidemióloga que todos ya conocemos por sus comparecencias en prensa ha hecho este anuncio en una entrevista al periódico 20 minutos y ha desvelado cuándo será la cuarta ola de coronavirus en España: "quizás a finales de marzo. Esto se producirá por la coincidencia del valle en la notificación de casos de contagio con la celebración de la Semana Santa: si hemos hecho planes para Semana Santa, no los cambiaremos, nos reuniremos con gente, seguirá haciendo frío y habiendo actividad en interiores, un cóctel peligroso para la propagación del virus".

Si pasase marzo sin repunte importante de contagios y, puesto que la vacunación avanza, si bien no tan rápido como se quiere, pero avanza, la economía estaría más cerca de salvarse que si queremos salvar esa economía estas Pascuas y tuviéramos que aguantar otra dolorosa, letal y dañina cuarta ola.

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