sábado, 25 de marzo de 2023

ASIGNATURA PENDIENTE


Dos noticias recogidas por la prensa en estas últimas semanas deberían hacernos reflexionar seriamente.

La primera, en Badalona, “Una niña de 11 años -ahora ya tiene 12- fue abordada el 19 de noviembre en la primera planta del centro comercial Màgic de Badalona (Barcelonès Nord) por seis jóvenes que la amenazaron con un cuchillo para obligarla a acompañarlos a los lavabos. Allí la violaron y amenazaron de muerte si chillaba. Los Mossos abrieron inmediatamente una investigación y localizaron a cinco de los seis agresores, todos ellos menores de edad.”

La segunda tiene relación directa con ésta al, presumiblemente, ser una consecuencia: “Sin duda, ha habido un antes y un después de La Manada de Pamplona, que se ha convertido en un referente en este tipo de agresiones

Desde 2016 hasta 2021, las violaciones en grupo han aumentado un 54,4%, pasando de 371 casos a 573

El acumulado desde 2016 a 2021 da un total de 2.691 delitos sexuales múltiples, según datos reportados por el Ministerio del Interior”

¿Qué está sucediendo?

Muchos expertos debaten que el modelo de educación sexual de nuestros adolescentes y jóvenes se basa en la pornografía. Ya hace mucho que la pornografía luchó por abrirse paso en dictar modelos. Las revistas pornográficas prohibidas circulaban ocultas de mano en mano y se escondían en los lugares más recónditos e insospechados de los hogares decentes.

Sin embargo, el puritanismo hacía de las suyas en nuestro día a día.  En la escuela había verdaderos conflictos con algunas familias por el simple hecho de mostrar en clase de Ciencias el funcionamiento de los órganos sexuales masculinos y femeninos. Parecía que hablar de sexo propiciaba el sexo precoz en niños y adolescentes. Era una “incitación” al desenfreno.

Los padres evitaban esas preguntas molestas que los niños y niñas pudieran hacerles con respecto a este tema “eso es cosa de mayores”. Así que, como es natural, la educación sexual corría a cargo de “expertos” compañeros de colegio, instituto o vecindario y como material de apoyo alguna que otra revista porno de Alemania que había venido a parar ahí no se sabe cómo. Y no hablemos de cuando un adulto con oscuras intenciones intentaba tomar esa tarea.

Pero claro, ahora todo está multiplicado por cien. Según recientes estudios, los niños a los 8 años ya empiezan a tener contacto con la pornografía a través de sus móviles Smart que casi nunca son controlados por las familias. Además, es pornografía muy dura, donde la mujer es considerada objeto de placer aun a costa de una cierta violencia masculina y además los vídeos y directos son asombrosamente “reales” y a todo color y detalle.

Si seguimos escandalizándonos por las campañas de educación sexual de los colegios u organizaciones públicas y no por este auge de educación pornosexual, deberíamos cuestionarnos nuestro buen criterio.

Lo que ya es un hecho en otros países de nuestro entorno, todavía en España tiene la categoría de “asignatura pendiente” y creo que es hora de abordar el asunto con celeridad y buen sentido.

Es hora de reglar la educación sexual en el sistema educativo de nuestro país. 

Nuestros niños deben convertirse en personas suficientemente informadas y formadas en este tema con arreglo a las características propias de la edad y desarrollo madurativo. Los maestros y profesores deben ser formados adecuadamente para impartir estas metodologías y apoyados por la sociedad en esta importante tarea que se les delega. Yo pienso que las campañas de información sexual implementadas por algunos organismos públicos no son suficientemente eficaces por varios motivos: Son campañas temporales y territoriales y que por tanto afectan únicamente a un grupo determinado de niños o adolescentes, sin una continuidad asegurada;  están muy vinculadas a opciones políticas, que con ser legítimas pueden deparar recelos importantes y, por último carecen de la planificación general que es requisito imprescindible en todo plan educativo, evaluación y revisión incluidas. Debe ser un consenso entre todos los sectores políticos y sociales, diseñada por expertos educativos y a su vez, asesoradas por expertos en sexualidad. Debe formar parte de los currículos educativos de todos los centros de Primaria y Secundaria y por tanto debería ser el Gobierno el que buscara el necesario consenso para llegar a acuerdo parlamentario.

Por otro lado, el debate sobre la prohibición de la pornografía, como de la prostitución puede no llegar a ser fructífero porque en una sociedad libre las prohibiciones deben ser muy medidas y puntuales y sabemos que en gran medida no funcionan.

Cuando la pornografía deje de ser un referente en la educación sexual quedará únicamente como instrumento propio de la libertad de opción que como adultos tenemos reconocida. La Educación sexual en el sistema educativo debe sustituirla cuanto antes.



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Fotografías obtenidas por la AMPA El Salero