Esta situación que estamos sufriendo no deja de proporcionar situaciones desconcertantes un día sí y otro también.
Ciertamente tenemos razones para el desánimo a la vista del
incremento de casos Covid cada día y podría entenderse el enfado con nuestras
administraciones que no aciertan en las medidas, pero también con muchos de
nuestros conciudadanos que no cumplen las normas. Con todo, la nueva oleada de
negacionistas, médicos por la verdad, y otras tribus que nos atacan en las
redes sociales sobrepasa toda capacidad de comprensión.
El razonamiento más utilizado parece ser la minimización de
la letalidad del coronavirus comparándolo con otras enfermedades comunes como
el cáncer o la gripe, o por otras causas como el tabaquismo o los accidentes de
carretera. No está justificado, pues la alarma, aquí no pasa nada, para qué las
mascarillas y todo lo demás. Eso por no hablar de los que niegan directamente
que el “bicho” exista (y esto a pesar en algún caso que la madre murió de
esto).
Claro está que la gente que comparte estas razones no se
para a pensar un minuto, porque si lo hiciese se daría cuenta que hace muchos
años se está luchando contra el cáncer, por ejemplo, y en este sentido ha
habido importantes avances; o que los gobiernos implementan planes para luchar
contra la siniestralidad en las carreteras, se imponen normas de tráfico, se
mejora la seguridad de los vehículos, se hacen mejoras en las carreteras. Es
decir, se tiene en cuenta y se ponen medios. Ninguna de ellas provoca la saturación
de los medios sanitarios porque ya está prevista su incidencia en la población.
No sucede esto con la pandemia Covid 19 que es totalmente nueva, se extiende
rápidamente, produce efectos devastadores en buena parte de la población y no
tiene antídoto ¿Por qué una pandemia extraordinaria no ha de contar con medidas
extraordinarias? ¿Cómo se puede negar las muertes y secuelas que se ven, que
son relatadas en primera personas por familiares y afectados?
Las organizaciones colegiales de médicos han puesto el grito
en el cielo y exigen contundencia con estas tribus negacionistas por el daño
que están causando en la colaboración ciudadana.
Aún recuerdo que las ganas de fumar nos hacían aferrarnos a
la teoría de que “también mueren los que no fuman”
No sé si habría que tomar medidas, seguramente con los
profesionales de la medicina sí, no tienen derecho a ejercer ese dañino derecho
de opinión, pero en todo caso, yo con mi Facebook ya las estoy tomando. Cada
vez que veo algún comentario de este tipo, utilizo el “Ocultar todo de…” y en paz.