Si algo hemos aprendido en nuestro pueblo es que la relajación en las medidas de seguridad en esta pandemia que nos atormenta puede resultar fatal. Si a principios de Octubre nos felicitábamos de la recuperación de infecciones que nos había sobresaltado en Agosto, Nuestro gozo cayó rápidamente al pozo del desánimo cuando nuestro Centro de Salud y Ayuntamiento nos informó de un brote con dos casos apenas nueve días después. Desde aquí todo se precipitó: varios brotes con un incremento incesante y con picos arriba y abajo de casos hizo ascender a cuarenta las personas afectadas. Claro que la situación favorable de la que Minglanilla gozaba hasta entonces seguramente nos animó a considerarnos a salvo de lo que muchas localidades cercanas y del resto de nuestra comunidad y del Estado ya padecían en lo que sería la segunda terrible ola de coronavirus. Es evidente que bajamos la guardia, que nos consideramos inmunes aun sin inmunizarnos. Nos equivocamos . También tenemos claro po...